Dentro de un entorno laboral, los cambios pueden ocurrir en cualquier momento y rápidamente. Dichos cambios, pueden ser consecuencia de nuevas oportunidades que se presentan o para evitar cualquier tipo de descuido. Independientemente de la causa, las transiciones inesperadas pueden ser difíciles de procesar por los miembros de una organización, puesto que éstas pueden implicar grandes desafíos.
Reactivo vs. proactivo.
Cuando el cambio sucede, las estrategias que se elaboren para enfrentarlo pueden ser reactivas o proactivas. Si un problema o oportunidad se presenta dentro de un negocio, no queda más que asumir tan inesperado evento. Sin embargo, actuar hasta que la transición se presente, puede ser desventajoso para un negocio, ya que pone en riesgo la efectividad de resolver el problema o la adaptación al cambio.
Es así, como las estrategias de negocio proactivas, le permiten a una organización mantenerse competitiva. Por medio de analizar los cambios que podrían darse en un futuro, o al tomar ventaja de las oportunidades que se presentan, se es posible anticipar los próximos escenarios.
Las ventajas de ser proactivo.
Contar con estrategias de negocio proactivas, significa estar siempre un paso adelante de lo que sucede. De esta manera, se es capaz de anticipar y solucionar, efectivamente, una eventualidad.
Los negocios exitosos promueven una cultura proactiva. Crear estrategias de negocio de este tipo, significa lo siguiente:
- Planificar y estar preparado para solucionar los problemas cuando éstos lleguen. Esto involucra el mejoramiento de los procesos de negocio, con el fin de prever cualquier error y actuar de manera premeditada.
- Para crear estrategias proactivas, es de suma importancia tener objetivos y expectativas muy claros y precisos.
- Contar con estrategias proactivas, da como resultado aprender a darle prioridad a las tareas más importantes. Enfocarse en lo esencial, conlleva a ser efectivo y mucho más creativo.
Conclusión.
Ciertamente, no todas las posibilidades de riesgo pueden predecirse. Por ejemplo, si llegaras a recibir una queja de alguno de tus clientes, la estrategia que podría poner en marcha sería reactiva, de tal forma que fueras capaz de atender dicha queja de la mejor manera posible.
No obstante, aquellos negocios que agudizan en estrategias proactivas, son capaces de lidiar con este tipo de desafíos de manera exitosa. Por ello, siempre será preferible tratar de anticipar y no lamentar.