Nuestra necesidad por compartir historias sin duda nos ha llevado a evolucionar en cuanto a nuestros sistemas y técnicas de comunicación. Contar historias ha sido siempre una necesidad primordial para la humanidad, pero también es una forma inmediata de transmitir nuestros intereses, experiencias e ideas. Seguramente la historia sobre cómo se descubrió el fuego resultó ser un Trending Topic bastante interesante durante varios meses en “Piedradura”, ¿no crees?
Contar historias es, en definitiva, una de las piedras angulares en la historia de la comunicación. Resulta contradictorio, sin embargo, que sea éste un recurso de tan difícil aplicación en el área de la mercadotecnia. ¿Te preguntas por qué? Aceptémoslo. Sobre todo si, al igual que nosotros, te dedicas a la creación de contenidos con distintos fines para publicar en sitios Web, sabrás que el recurso del storytelling representa un reto enorme al adaptarlo a nuestro trabajo.
Cuéntame tu historia
Entre la inmensa cantidad de conceptos e ideas dentro del marketing y la comunicación, existen dos hechos innegables con respecto a la publicidad en relación con las historias:
- Todo producto o servicio cuenta con alguna historia sobre su creación o desempeño, o inclusive, acerca de las experiencias de otros por medio de ellos.
- A todos nos encantan las historias, inclusive aquellas que de antemano sabemos no son completamente ciertas. En ocasiones la ficción es más poderosa que los hechos y, enfrentémoslo, muchas veces preferimos no conocer la verdad.
En ocasiones podríamos asumir que la publicidad se dedica a mentir. Sin embargo, esto no es precisamente así. Como creadores de contenidos enfocados al marketing, tenemos la interesante y demandante tarea de embellecer, hacer más atractivo y resaltar lo bueno en todo aquel trabajo que se nos encomienda, más nunca de afirmar algo que no sea cierto.
Por esta y otras razones, el storytelling encaja a la perfección dentro de esos justos intereses, generando identidad en las marcas, dándole vida y forma a memorables personajes que representan los valores y logros de una empresa, y resaltando la utilidad de un sinfín de productos y servicios con la finalidad de inspirar a la gente por medio de historias únicas.
Los productos se olvidan y la gente muere; las historias viven para siempre
Para que logres desarrollar una inspiradora historia con fines publicitarios, deberás enfocar tu talento y concentración en ciertas características que harán la diferencia entre el discurso mareador y la historia fantástica. Toma en cuenta los siguientes puntos:
- Habla sobre el proceso de creación del producto o servicio a través de una interesante historia que refleje aquello que fue necesario para realizar lo inimaginable.
- Inspira al usuario mediante la inclusión de elementos que reflejen la integración de todos aquellos valores que distinguen a la empresa creadora del producto o servicio.
- Cuenta la historia de ese visionario que, con su determinación y enfoque distintivos, fue el único capaz de crear algo que antes era inconcebible.
- Comparte de forma creativa todas aquellas circunstancias que en su momento parecieron obstáculos insuperables para la empresa.
- Genera empatía con el consumidor, convirtiendo todo el contenido que en principio podría parecer algo convencional en algo auténtico e impresionante.
En la actualidad, existen muchas campañas que promueven los valores de las empresas por medio del relato de las experiencias de éstas e, incluso, de las experiencias de sus seguidores. ¿Qué mejor publicidad que ésta, no? ¡Las historias de sus mismos consumidores!
Muy bien, pero, ¿y qué tenemos para demostrar el uso de estas efectivas campañas publicitarias? Dejemos, por lo pronto, sólo tres ejemplos:
- Lego: “The Lego Story.”
- Dove: Dove Real Beauty Sketches – “You’re more beautiful than you think.”
- Johnnie Walker: “The man who walked around the world.”
¿Verdad que son campañas publicitarias verdaderamente impactantes? Es cierto que, de entrada, son tres grandes compañías las que estamos poniendo como ejemplo, pero veamos un poco más allá. Incluso las pequeñas empresas cuentan con grandes historias por contar, y seguramente tú o tus clientes tendrán algo que contarnos. Recuerda que no existen las malas historias, sólo existen los malos contadores de historias.
2 comentarios