“Si tus acciones inspiran a otros a soñar más, aprender más, hacer más y convertirse en algo más, entonces eres un líder”. – John Quincy Adams
Es común confundir a un jefe con un líder. En las empresas normalmente existe una persona a la que nos dirigimos cada vez que hay problemas, y muy probable sea porque es un líder y no te has dado cuenta.
¿En qué se diferencia uno de otro?
Un jefe comúnmente vela por los interesa de la empresa e imponen autoridad. Es la persona que tiene la última palabra en todos los asuntos que tienen que ver con la empresa. Un jefe puede inspirar miedo en vez de confianza.
En este punto radica la diferencia entre uno y otro, pues un líder se preocupa por los empleados y promueve el entusiasmo entre éstos. Mientras un jefe piensa “ustedes trabajan”, el líder piensa “nosotros trabajamos” pues se siente totalmente comprometido con la empresa y su gente.
¿Qué hace a un buen líder?
- Analiza los problemas de los empleados y brinda soluciones a éstos.
- Los líderes impulsan el trabajo en equipo, pues para él es importante que todos se vean como una gran familia.
- El líder motiva a los demás para que se den cuenta de que su trabajo es valioso en la empresa.
- Inspira al poner el ejemplo. No es necesario dar órdenes, pues los demás al ver sus acciones, tendrán un ejemplo a seguir.
- Brinda la confianza de poder hablar con él/ella si existe algún problema ya sea laboral o personal.
- El líder no busca culpables cuando ocurre un error. En cambio, procura que todos aprendan de él sin exponer a nadie en especial.
- Es proactivo, pues al tener su visión clara, pueden adelantarse a cualquier inconveniente que pueda ocurrir.
- Toma riesgos, ya que un buen líder sabe que el éxito va más allá de la zona de confort.
Un jefe también puede ser líder si sabe cómo comunicarse con sus empleados y brinda un excelente trato hacia sus subordinados. Actualmente, algunas empresas han quitado esa estigmatización del jefe-dictador, pues se han dado cuenta de la importancia de crear un buen ambiente de trabajo.
