¿En qué consiste el trabajo de lograr plasmar tus ideas por medio de la escritura? Usualmente, caigo a la idea de que escribir es un intenso proceso de edición de ideas, donde el punto de mayor exigencia, tanto mental como física, usualmente se encuentra en el arranque.
Es cuestión de estilo
Debido a que escribir es un procedimiento de introspección para lograr exteriorizar una idea en particular, como escritor, lo principal es procurar mantener una mente abierta hacia todo aquello que es diferente a uno mismo: diferentes técnicas, diversos artículos, distintos autores, nuevo vocabulario, etc. Entre más abierto hacia el mundo exterior te encuentres, mayor será la objetividad de tu perspectiva.
¡Mucho ojo! El hecho de que te encuentres abierto hacia lo diferente, no significa que todo lo que encuentres tenga que gustarte. De esta discernimiento es precisamente de dónde nace el estilo propio; cada quien debe enfocarse a sembrar sus diversos fundamentos, cosechar sus propias ideas, para preparar así su particular estilo.
El proceso cotidiano de la escritura
Dentro mi rutina personal al comenzar esta fascinante sincronización de ideas y palabras, existe un patrón cotidiano en cuanto a escribir una entrada de blog se refiere:
- Escoge un tema
- Investiga lo más que puedas sobre ello en el menor tiempo posible
- Comienza a escribir tus ideas y conclusiones al respecto
- Mantente escribiendo, no te distraigas
- OK, distráete. Lo necesitas al menos por unos cuanto minutos
- Sigue escribiendo
- Detente, lee y edita tu texto
- Publica tu contenido
La rutina de escribir día con día sería una lenta y agónica monotonía, de no ser por estos 5 excelentes hábitos que considero todo escritor debería bien tomar en cuenta.
1. Escribr sobre temas de tu propio interés
De la misma forma que el ocio es la madre de la inventiva, el interés tiene pies al momento de echar a andar tu creatividad. También puedes verlo como una oportunidad de aprender más sobre la opinión de mayor interés para ti sobre la persona más interesante en tu vida: tú mismo.
2. Escuchar tu música favorita
Algunos estudios han demostrado que, sin importar en género, escuchar música fomenta la productividad en cualquier trabajo. Afróntalo: escribir es tu trabajo, así que deberías hacerlo de la manera más amena posible… y sin distracciones: ¡Utiliza audífonos!
3. Leer las últimas noticias
La idea con esto es mantenerte actualizado acerca de lo que sucede dentro de aquello en que buscas especializarte, además, nunca está de más descubrir nuevos estilos de redacción, ¿cierto? Lee, anda. Lee.
4. Consumir combustible
Ciertamente comer es necesario para el cuerpo, pero también para la mente. Lo creas o no, pensar consume calorías, por lo que es bueno ofrecerle a tu cabeza algún tipo de aditivo alimenticio para efectuar su demandante trabajo; una buena taza de café, por ejemplo.
5. ¡Respirar!
Tal vez parezca absurdo, pero en verdad, pocas veces nos damos el momento de respirar como se debe. Me refiero a esa respiración profunda que nos calma, y nos permite seguir enfocados en lograr redactar ese gran concepto en tan sólo unas cuantas palabras.
Como escritores, cada quien nos hemos hecho de diversos hábitos para lograr hacer de esta íntima labor, un momento donde la inspiración florezca; donde se genere ese contenido fresco y llamativo, aquel que hasta a uno mismo le daría gustaría leer.